Además de la integración económica
La 59ª Cumbre de Jefes de Estado del MERCOSUR se llevó a cabo el 17/12, de forma virtual y bajo presidencia pro tempore de Brasil, en conmemoración del 30º aniversario de la firma del Tratado de Asunción (1991). Con el foco de las negociaciones centrado principalmente en las negociaciones extrarregionales del bloque y en el reajuste del Arancel Externo Común (TEC) compartido por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, hay una primacía de las relaciones económicas internacionales del El bloque Mercosur en las agendas a debate, que también se centrará en la adaptación de las economías del Cono Sur a las cadenas globales de valor y en temas como el comercio digital y la respuesta común a la pandemia del COVID-19.
Es posible que, dada la hegemonía de tal dinámica económica, ligada a la búsqueda de economías locales, a través de acciones del Mercosur, de alternativas a las respectivas crisis internas, se descuide una dimensión fundamental del bloque, otrora predominante: el énfasis del MERCOSUR en los procesos. bienestar social, reduciendo las asimetrías regionales y promoviendo el bienestar social de las poblaciones del Cono Sur.
Al fin y al cabo, además de los cronogramas de desgravación arancelaria y la integración física regional, existe un sinfín de acciones desarrolladas por el MERCOSUR que se traducen en proyectos de cooperación capaces de trascender la dimensión puramente económica, como los existentes en temas como seguridad social, salud, educación y cultura.
En efecto, la estructura institucional del Mercado Común del Sur prevé la existencia de instituciones que amplían el alcance de las operaciones de la organización. El Parlamento del Sur (PARLASUL), por ejemplo, responde a las aspiraciones de participación popular en la supervisión de las acciones del MERCOSUR, en línea con los ideales democráticos, mientras que el Fondo de Convergencia Estructural (FOCEM) es resultado directo del intento, bajo preceptos igualitarios, de, canalizar recursos de Brasil y Argentina hacia regiones del bloque de menor desarrollo relativo, como sectores empobrecidos de Paraguay.
Seguridad social del Mercosur
Es en la dinámica de la seguridad social y la promoción de los derechos humanos, sin embargo, donde más se destacan las acciones para promover el bienestar social. En este sentido, merecen ser destacados el Convenio Multilateral sobre Seguridad Social del MERCOSUR (1997) y la Declaración Sociolaboral del MERCOSUR (1998), esta última estableciendo niveles mínimos de protección para los trabajadores de la región, legislación relevante a pesar de no tener carácter vinculante. como los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El convenio sobre seguridad social, por su parte, coordina las distintas legislaciones nacionales que tratan de la seguridad social, sin por ello crear un derecho o regla común a los Estados Partes, previendo únicamente un procedimiento para el reconocimiento del tiempo de cotización a la seguridad social en los trabajos realizados en cualquiera de los Estados partes. Esta es una regla análoga a la regla relativa al cómputo recíproco del tiempo de cotización que existe entre los diferentes sistemas de seguridad social que operan en Brasil. Dada la libertad de residencia permanente que gozan los nacionales de los Estados Miembros del MERCOSUR en sus contrapartes, de acuerdo con el Acuerdo de Residencia respectivo, el instrumento es fundamental para garantizar la cobertura de seguridad social de los ciudadanos amparados por los Acuerdos.
El Plan Estratégico de Acción Social del MERCOSUR (2011) es un instrumento fundamental para articular y desarrollar acciones específicas, integrales e intersectoriales, que consoliden la dimensión social del MERCOSUR, conformado por 10 ejes distribuidos en 26 Lineamientos y 101 Objetivos Prioritarios, como la garantía la seguridad alimentaria de los ciudadanos y el aumento de la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo en el bloque. También existe un Compromiso sobre la Promoción de los Derechos Humanos (Protocolo de Asunción) de los Estados Partes, colocando la garantía de las libertades fundamentales en el centro de la integración regional.
Finalmente, el Estatuto de la Ciudadanía del MERCOSUR, lanzado en 2021, con motivo de la conmemoración de los 30 años del bloque, compila las normas sociales de la organización y es un instrumento útil para viabilizar las normas que otorgan derechos y beneficios a las personas.
Conclusión
Si bien la revitalización de la dimensión económico-comercial del MERCOSUR es vital para superar la crisis económica y el estancamiento del crecimiento que siguió a la pandemia, es necesario prestar atención a la protección social prevista en la normativa del bloque, profundizando los mecanismos ya se prevén nuevas formas de ampliar la seguridad social para los nacionales de los Estados Partes. Una cooperación más incisiva en el campo de la salud, a través de un intercambio más ordenado y robusto de vacunas contra el COVID-19, por ejemplo, ya sea entre los propios miembros del Tratado de Asunción o con otros países de América Latina, es muy bienvenida. incluso operó con la donación de vacunas, por parte de Brasil, a Paraguay.
Que se superen las diferencias político-ideológicas intrabloque y así el Cono Sur pueda gozar de prosperidad, cooperación y resiliencia frente a las crisis, actuales o venideras.
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